miércoles, 20 de noviembre de 2013

Comprensión lectora y creación (Unidad 3)

A partir de la lectura del texto De raíz, resuelve las siguientes cuestiones:

1. ¿Cuál es la discapacidad que narra el texto?
2. ¿Qué proyecto había soñado realizar el padre con su hijo?
3. ¿Por qué crees que el doctor puede sentirse incómodo?
4. Explica el sentido de la última oración del texto: "Y las flores dicen mucho, aunque las flores no hablan".
5. Extrae del texto las palabras que pertenezcan al campo semántico de los tipos de árbol.
6. Ilustra las siguientes expresiones del texto:
    A) "tenía un cromosoma atravesado y un nube oscurecía la zona del cerebro donde se amasa el    pensamiento".
   B) "había planeado aprender con él los nombres de los árboles".
   C) "Le pregunté al doctor qué árboles eran aquellos y pareció tan extrañado por mi pregunta que se encogió de hombros y no supo contestarme".
   D) "Observé que nuestras sombras dibujaban una silueta en la que yo era un tronco seco y aquel niño de pelo rizado sobresalía como una gran flor que me brotaba"

CREACIÓN 1.
Tomando como modelo el texto de Miguel Mena (La raíz), elabora un microrrelato sobre el tema de la discapacidad.
Vuestra narración debe tener:

  • La misma estructura  que el modelo original (planteamiento, nudo o desarrollo, y desenlace).
  • Riqueza de vocabulario. En una narración breve no debéis repetir términos, buscad sinónimos o expresiones sinónimas, haced uso de breves descripciones para evitar la reiteración de palabras, y no uséis léxico coloquial. Trabajad junto a un diccionario y emplead en vuestro texto voces (palabras) nuevas para vosotros. 
  • Tenéis que desarrollar una discapacidad distinta a la que narra el texto modelo.
 TEXTO:
De raíz
      Cuando me dijeron que mi hijo no podría hablar nunca, que tenía un cromosoma atravesado y una nube oscurecía la zona del cerebro donde se amasa el pensamiento y se tejen las palabras, lo primero que recordé fue que había planeado aprender con él los nombres de los árboles. Lo ansiaba desde que nació: andar por el campo, juntos los dos, y distinguir las hayas y los abedules, los arces, los castaños, los quejigos, los robles y los enebros. Pensé en ello mientras por detrás de la cara del médico, un rostro inexpresivo para dar malas noticias, observaba los árboles de aquella clínica meciéndose suavemente, como acunando una pena. Le pregunté al doctor qué árboles eran aquellos, y pareció tan extrañado por mi pregunta que se encogió de hombros y no supo contestarme. Le noté incómodo, como si quisiera dar la consulta por finalizada. Nos despedimos, cogí a mi hijo en brazos, salimos de la clínica y al cruzar el jardín, con el sol de espaldas, observé que nuestras sombras dibujaban una silueta en la que yo era un tronco seco y aquel niño de pelo rizado sobresalía como una gran flor que me brotaba. Y las flores dicen mucho, aunque las flores no hablan.
Miguel Mena
 

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